Reseña: The Control Freaks - She's the Bomb (Slovenly Recordings, 2019)




Tener una ideología y ser congruente durante décadas no son aspectos que sean habituales en la actualidad, pero una de las pocas excepciones es Greg Lowery, quien permanece firme a su pensamiento de crear música sencilla y directa. Así lo ha hechos desde hace 30 años y no tiene intensiones de cambiar.

Con pasado en bandas hoy legendarias como Supercharger, Rip Offs, Infections y Zodiac Killers, su proyecto actual es The Control Freaks. La única diferencia es el nombre porque parece como si se siguiera escuchando al veinteañero que hacía punk & roll low-fi sin pensar en el futuro.

El debut del cuarteto se publicó en 2017 y después le siguieron una serie de 7". Pero el ritmo de trabajo no cambia porque ahora ya está listo el segundo LP de la banda. Como se podía esperar, no existen grandes cambios porque el estilo y sonido continúa siendo el mismo. Mientras más ruidoso es mejor.

De nuevo el material es editado por el sello Slovenly Recordings e incluye 13 acelerados temas. Desde los primeros segundos de "She's the Bomb" donde, literalmente, cae una bomba sonora, es inevitable no querer mover la cabeza y azotar el cuerpo contra la pared más cercana.

La fórmula del combo que complementan Tim Curry (batería), Rob Vastano (guitarra líder) y Sherrilynn Nelson (guitarra y voz) es bastante sencilla aunque no cualquiera la puede imitar. Tan sólo se le deben quitar las partes innecesarias a las canciones para dejar lo que realmente vale la pena.

El ejemplo de lo anterior es "Time's Up", una pieza que ni siquiera llega a los dos minutos de duración pero logra explotar antes de terminar. A su vez, la sinceridad es otra de las características del cuarteto y eso se aprecia en "I Hate Your Face", tema que ya había aparecido en un 7" y reafirma el humor negro que predomina en la banda originaria de San Francisco.

Por otra parte, el amor que se le profesa al punk del '77 se traduce en un par de covers al grupo australiano The Babeez. En este caso se trata de las canciones "Dowanna Love" y "Nobody Wants Me", las cuales reciben un ligero tratamiento de rejuvenecimiento, aunque en ambas se respeta la esencia y no existen grandes cambios con respecto a las versiones originales.

Sin discursos ocultos ni mensajes subliminales, lo único que The Control Freaks busca es incitar a pasar un buen momento y disfrutar del presente. Todo a ritmo de punk & roll furioso del que taladra los oídos.


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